Título: La habitación de Nona
Autor: Cristina Fernández Cuba
Año: 2015
Género: Relatos
Nº de páginas: 192
Editorial: Tusquets
La habitación de Nona, título y primero de los relatos que componen este libro, es toda una lección, casi un tratado, un acercamiento a esos seres que no resultan especiales sólo por sus rasgos físicos, o por conllevar una alteración genética, sino por ciertas peculiaridades, como les llama la autora haciendo referencia en esencia a sus características mentales, como son los niños con síndrome de Down, a quienes la autora parece referirse.
Es apasionante como, siguiendo el entramado que va creando mientras plantea el relato, su autora desliza otra personalidad de la mente de la única protagonista de esta historia; y es tan fuerte esa otra personalidad que pretende anular a la original. Y lo mejor de todo es que nos hace pensar, nos hace dudar, e incluso nos deja participar construyendo una bella historia, de amigos y hermanos invisibles y envidiables dentro de una ilusión, que procedente de una imaginación portentosa, se confunde con la realidad, como bien entendió Einstein.
Y sigue explorando a través de la escritura, Cristina Fernández Cubas, ciertas cualidades de la mente, no ya buscando explicación a lo que humanamente no la tiene, sino haciéndonos partícipes de experiencias imaginativas comunes, como la sospecha, presente durante el tiempo que dura el relato Interno con figura. Engañar a la mente usando sus propias armas. ¿Es eso posible? “Si ella no ve, nadie la ve”.
Sólo al ser interpretada por un espectador especialmente sensible deja la obra pictórica de ser boceto de pintor, encontrando sentido en uno de los espejos que reflejan la realidad. Es tan colosal la fuerza del pensamiento, que ante ciertos indicios o señales puede hacer girar el pomo de la imaginación y convertir estos en creencias.
“Ni siquiera en la imaginación puedo librarme del ridículo”
Los recuerdos, otro instrumento de la mente, con el que tantea su autora al lector en El final de Barbro, que asociados a las emociones nos permiten obrar en consecuencia, y con subjetividad, como a humanos corresponde; y el tiempo como cómplice permitiendo sacarles el polvo, sin afectación del momento presente…
Responsabilizando siempre al azar.
“La conversión de lo absurdo en costumbre”.
Desde un símil informático, asistimos con la lectura de este libro de relatos a una presentación, en la que Cristina Fernández Cubas, nos muestra diferentes softwares útiles para el desarrollo del perfecto y complicado trabajo de la mente, creando realidades. La cita de Albert Einstein que antecedía al cuerpo del texto anunciaba ya el sentido de orientación del mismo en su avance:
“La realidad es simplemente una ilusión, aunque muy persistente”.
De la mano de la intuición, y asistida por el deseo, la ausencia y la añoranza, nos lleva la autora de viaje al pasado, o desde el pasado, porque a ratos se invaden entrambos espacios, dirigiendo los pasos de la protagonista hacia su nueva situación, en el cuento que nombra La nueva vida. Y de nuevo las palabras de Einstein apoyando la narración:
“No existe pasado ni presente”.
Qué fácil le resulta a nuestra mente confundir deseo con realidad para apaciguar nuestras almas, acomodadas en un presente repleto de insatisfacción, por cobardía, o por exceso de prudencia, como apunta Cristina Fernández Cubas. Presente que la fuerza y trascendencia de esos perturbadores recuerdos puede cambiar, si aflojamos nuestras barreras ante lo inquietante.
“En la realidad entra lo que es y lo que puede ser”.
Así se expresa Cristina Fernández Cubas justificando, para no desmerecer a quienes no están dotados, su habilidad para mezclar tiempos sin perder a ninguno de sus personajes mientras viajan.
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Autora de la reseña: Josefina Llorente
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