Relato «Si nos volvemos a ver» de Sonia Barguilla

Tiempo estimado de lectura: 3 min.

 

Si nos volvamos a ver, tú disimula que nadie sepa si has llorado, que al juntar nuestras miradas de nuevo, solo se produzca un leve contorno entre nuestros labios, que nadie aprecie que ese leve contorno es un sinfín de momentos vividos, de miradas tan intensas que no tienen cabida en este mundo,  y anécdotas tan nuestras que no tendrían gracia para nadie más. Que sea un secreto que dentro de nosotros ese amor fue algo más que un amor banal de los que nadie recuerda, que  todo eso que en nuestros corazones se creo, quedo intacto en el paso del tiempo. Disimula aunque por dentro hiervas  como si al juntarnos fuese ponerte de nuevo a fuego lento.  Finge que solo soy una más de todas las personas que pasaron por tu vida.  Que todas las palabras sobre cómo estoy no se te claven dentro como punzadas al corazón por creer que sigo viva sin ti.  Aparenta que todo te va bien aunque ambos deseemos poder cristalizar el momento simplemente para contemplarnos un poquito más Te llegaran emociones guardadas como si hubiesen permanecido ocultas desde del momento que dejamos de ser uno para pasar a ser dos.  Se te estremecerá el corazón, de saber que esos labios que besaste deseando que fuesen los últimos solo fueron unos más de los muchos que aún estaban por venir, aunque para ti solo fuesen los únicos que conseguían hacer que dejases de pensar como un ente individual y pasases a fundirte en uno.

No, no expliques nuestras vivencias, ni que estuvimos unidos como poca gente se llega a unir, nos le reveles lo que signifique para ti, y de todo lo que deseábamos ser, de no haber sido por la creencia de que todo era perdurable en el tiempo, como si no existiesen las consecuencias, como si jamás nadie las hubiesen creado.  Sí lo sé, no supimos hacerlo mejor,  lo siento y sé que lo sientes, por ser dos niños inmaduros tocando algo tan delicado como el amor que nos teníamos, como si de una pelota se tratase, jugando sin ser conscientes que era frágil como el cristal. Hiriéndonos sin saber cuánto daño nos podía causar. Lo reconozco, me alejé como si de una paloma cuando suena un disparo se tratase, intente refugiarme del dolor en algún rincón conocido,  deseando que como toda llama en mitad de la lluvia acabase apagándose sola.  Me equivoqué porque cuanto más dejaba de querer pensar en ti más me venía tu recuerdo a la mente, como si de una broma pesada se tratase, borrando los motivos por los que me aleje y recordándome el tiempo que estuvimos juntos, sí ese tiempo donde nadie era nada y nosotros lo éramos todo, ese  tiempo breve, intenso, divino y frágil, algo así como ideal. Un tiempo que la imprudencia y la inmadurez nos robo, como si de un ladrón de guante blanco se tratase, en un  abrir y cerrar de ojos nos quito todo lo que habíamos soñado, y bajo la lluvia fría en el mes de mayo, nos dejo sin apenas nada para cubrirnos.   Y Aún sigo buscándolo como si pudiese volverlo a encontrar, como si el hecho de verte de nuevo me pudiese reconstruir los trozos que me quedaron cuando me fui.

Uff, Si alguien los supiese no se lo creería, nos tacharían de locos, de chiflados, de inconscientes, porque nadie comprendería como pudimos mantener un amor tan grande en secreto. Porque no estuvieron, porque no lo vivieron, porque no sintieron con lo que tú y yo hemos vibrado. Así que solo tú y yo podemos imaginar lo que sentiremos cuando nos volvamos a ver, sentiremos el dolor de esa pregunta qué quedo sin respuesta, sentiremos la nostalgia de ese momento tan intenso que llego a ser demasiado breve, sentiremos ese “y si”… en el que todas las noches pensamos, y como si nunca hubiese existido, nos despediremos como dos conocidos que apenas tienen algo en común. Y cada uno volverá sin mirar atrás hacia una vida que cambiaria en un instante por un día más juntos.

FIN

Acerca del autor

Escrito por: Sonia Barguilla

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