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Aunque yo nunca lo había hecho, sacarse la suerte con el mono era casi una tradición familiar. Mi padre lo hizo antes de conocer a mi madre, y cuando la conoció supo que iba a ser la mujer con la que pasaría el resto de su vida. Mi hermano mayor, antes de ganarse la beca que lo llevaría a España a hacer un posgrado; y David, mi hermano menor, en su segundo examen de ingreso a la universidad. El mono había vaticinado siempre un venturoso futuro a mi familia, y ahora que yo había terminado la novela por la que hice tantos sacrificios, quería tener la esperanza de que mis sueños se harían realidad.
En la puerta del mercado vi al organillero que daba cuerda a la caja sobre la que el mono se movía, atado a la cintura por una cadena. Tenía una larga cola café, un chaleco rojo, y un sombrerito brillante como el de un artista. Me acerqué al hombre y pregunté el precio de la consulta. Me lo dijo. Le extendí el billete que guardó en el bolsillo de su camisa, y bajó una tapa lateral de la caja, dejando a la vista varias apretadas hileras de papelitos de colores. El mono descendió al ver la caja abierta, me hizo una mueca enseñándome los dientes, como si se riera, y con sus manitos negras sacó una tarjeta amarilla, muy doblada, que entregó al organillero que a su vez me la entregó a mi.
Con la tarjeta apretada en el puño subí al ómnibus de regreso a casa, y cuando estuve solo en la última banca del fondo, la abrí. Empezaba así:
“Tus sacrificios darán más frutos de lo que esperaste. El nuevo rumbo aparece en tu vida, y tras la puerta inevitable un nuevo comienzo con nuevas…”
Sentí que la tristeza y la desesperación me poseían en esos momentos, como hace unos días, cuando Mariana me dijo que ya no podía soportar mis ausencias, y una de sus amigas me confirmó que salía con un compañero de trabajo. En ese momento la tarjeta me confirmaba por primera vez que nunca volvería conmigo y nunca sería mi esposa.
Photo by Utkarsh Singh on Unsplash
Acerca del autor
Escrito por: Omar Viveros
De Camaná, Arequipa, Perú. Vivo en Lima. Escribo relatos que he publicado en varios medios físicos y virtuales, y preparo el libro Ciudad del apocalipsis, para colgar en Klinde. Espero que les guste mi relato. Saludos a todos.
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