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Cuento tradicional, adaptación de Sergio Ituero
Hace mucho, mucho tiempo, en un reino muy lejano el hijo de un labrador cumplía la mayoría de edad y comunicaba a su padre con tristeza, pero con ilusión, que partiría al día siguiente a conocer mundo.
El padre, también con los ojos empañados, pero confiando en las capacidades de su único hijo, le dijo esto:
– Hijo mío, bien sabes que no puedo darte dinero, pero tengo algo que te ayudará como me ayudó a mí en su día. Extiende la mano.
Y en la palma de su joven mano el ya anciano padre depositó un anillo, ni de oro, ni de plata, más bien de un metal tosco y pesado.
– Aparentemente este anillo no tiene ningún valor, pero lo tiene, y mucho. Es un anillo mágico.
– ¿Mágico? – Preguntó emocionado el joven.
– Así es. En su interior hay un conjuro que te salvará cuando todo a tu alrededor te esté superando. La única condición es que solo puedes quitarte el anillo y pronunciar esas palabras cuando ya no quede en ti ni un gramo de fuerza para seguir. ¿Me prometes que así lo harás?
– Lo prometo padre.
– Pues parte con mi bendición, hijo mío.
El muchacho partió al alba del día siguiente con una sonrisa en la boca y el alma tranquila por el gran poder que portaba en su mano.
Los años siguientes serían muy largos de contar para un pequeño cuento, pero podemos decir que el muchacho vivió múltiples aventuras y desventuras: se enamoró y le rompieron el corazón, tuvo riquezas y descalabros económicos, conoció a personas que eran todo amor y a otras que lo quisieron engañar. Pero todo lo consiguió superar sin recurrir al poder de su anillo.
Pero vinieron tiempos realmente malos. Una terrible peste asoló el mundo y lo puso del revés: muchos perdieron sus trabajos, muchos enfermaron, muchos murieron y a absolutamente todos les invadió el miedo.
Un día, preso del pánico, con la terrible sensación de que su vida y la de la humanidad llegaba a su fin, sin un gramo de esperanza y sollozando con la cabeza entre las manos, notó en la frente el frío contacto del metal…
Muy lentamente, deslizó el anillo por su dedo anular y una vez fuera miró dentro de él a la vez que, como en un susurro que escapase de una sonrisa, pronunciaba las palabras mágicas que dentro de él se hallaban:
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Photo by Dev Benjamin on Unsplash
Acerca del autor
Escrito por: Sergio Ituero
Sergio Ituero es profesor de storytelling, ha publicado un libro de poemas llamado «Cornadas» (Playa de Ákaba, 2017) y un cuento ilustrado titulado «¿Cuánto tiempo estaremos muertos, papá?» (Verbum, 2019)
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