Son tus labios un deseo
como la miel de una abeja
el resistir no me deja
terminar bien el fraseo
que alejen al fariseo
que está cantando a tu oído
lo cual genera gran ruido
y celos en la persona
que está cuidando la zona
de ese jardín tan florido.
Es del todo conocido
lo que ese hombre te quiere
sin con mis versos pudiere
no verte tan afligido
me sentiría complacido
de que por fin te olvidara
y que otro amor encontrara
para enrumbar su camino
buscando un mejor destino
donde su cuerpo sanara.
Acerca del autor
Escrito por: Manuel Antonio Ibarra Acosta
Venezolano, docente, poeta y escritor.
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