Rechina el dolor.
Aquello que no se puede describir
aquello que es indescriptible
lo que duele y duele
y en su tensión se hacen hilos tensos
que rechinan a su paso.
Rechinan al paso de la herida y el dolor.
El dolor del paso de lo que hace bajo
lo que se hizo bello.
Lo que era bello, rechina y rechina.
Rechina a su paso lo que era y era
y en su ser se hacía ser lo que rechina.
Y hiere y hiere lo que rechina a su paso
por los canales del olvido y el olvido.
Desterrar y desechar a lo más bello
y rechina y rechina a su paso
haciendo del llanto gemido
y el gemido en hilo
y el hilo en silencio.
Rechina el silencio y el silencio
a su paso y a su paso
de lo que fue se hace olvido.
El olvido a su paso rechina
y se hace silencio y el silencio el dolor.
El dolor del alma, el dolor del alma,
de lo más amado, de lo más amado.
Lo amado rechina en su olvido
y en su olvido
el amor dormido.
Photo by Tom Pumford on Unsplash
Acerca del autor
Escrito por: Salomé Parra Rodrigo
Me gusta escribir poemas porque en ellos se expresa la esencia de aquello que se vive en las partes más inacabadas del alma.
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