Vuelo.
Sueño y creo en mi mente.
Aun así, estoy presente y
y más cerca de mí misma que nunca.
Caen las hojas amarillas y se mezclan con mi respiración,
ahí retenidas en el aire como si el tiempo no pasara,
tejen en el suelo su propia sombra y color,
y llegan a mis pies de forma desinteresada.
Pero no hay luz que empuje en aquella calle,
no hay fotografía que me haga volverte a escribir.
Llega la hora y su estancia es mínima,
los años pasan ante mí como una imagen viva,
estás ahí y no lo sabes, como hace a 1200 días.
Despego entre las nubes,
trazo un plan entre la nostalgia y la alegría,
mis nervios me dirigen a un letargo extraño de colores,
soy memoria viva entre mis manos,
sos un trozo de aire encogido en mis pulmones.
Estas ahí, como siempre, el eslabón de esta cadena de sentidos,
aunque descolocada y sin motivo, te busco y te pierdo,
en la coincidencia de horas, de días, de lugares,
vinimos hasta acá.
Empieza el tacto, la luz ¿Qué hicimos para llegar a esto?
Doy unos pasos, la voz me desenreda, la voz me oculta.
No es anhelo,
es estar de nuevo entre tus dedos,
es pensarme en ese hueco,
donde respiro,
donde somos dos.
Estoy viva.
Photo by Jakob Owens on Unsplash
Acerca del autor
Escrito por: Ana Jara (@chicade_jupiter)
Ana es oriunda de Jujuy, Argentina. Se licenció como Comunicadora Social, estudio el Máster en guión, narrativa y creatividad audiovisual en Sevilla. Sigue escribiendo y doctorándose en España. Participa de diferentes antologías de poesía y relatos, tanto en España como en Argentina.
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