Solo he de pensar en lo bueno. Podrán suceder mil desgracias y yo tendré que estar agradecida por seguir viviendo.
Claro, porque en Dios he visto lo que en nadie más, porque en él el soplo de vida sigue siendo un soplo, porque las desgracias no se solucionan con un rezo, porque cuando lo llamé no hacía más que escucharme a mí misma.
¿Un paraíso? Yo no merezco más que las miserias de este mundo. Y todos también, hemos de ganarnos la más grande maravilla
No soporto, todos diciéndome que debo hacer y cómo debo comportarme, que esto está bien y esto mal, que estoy demente. Hay tanto sufrimiento y tantos desertores por ello. Hay un monstruo en mí que cada día me deja boquiabierta, que va creciendo con gigantismo, que muere y retuerce por reconocimiento, que no es considerado no puede serlo. Este monstruo me está matando, me consume y enloquece, el norte y sur ahora no son más que invenciones antrópicas porque las verdades ya no existen.
Esperé por alguien durante mucho tiempo cuando ni siquiera me tenía a mí misma, pero esperar, esperar es una perdida. El gran salvador no podía ser un dios ni un hombre, ese papel estaba destinado para mí.
Tu puterío, tu inteligencia emocional del tú perfecto que ahora es la bofetada que más me duele porque en nombre de ello me has sacrificado. Ahora como el día y la noche, a tu lado solo quiero ser errante
Acerca del autor
Escrito por: Ana María Tejada Pérez
Sin mucho que decir, la formalidad siempre me ha rehuido .
Solo expreso un pedazo de mi
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