Con la caricia del viento, mi alma puede despegarse de mi cuerpo
Solo un instante: lo que dura la autenticidad de una sonrisa o un parpadeo.
Las emociones son tan frágiles como la vida misma,
de naturaleza cambiante e intensa.
Controlarlas es un arte de práctica y paciencia,
pero sumergirse en ellas es vida, nos despierta.
El enojo es una tormenta que recorre con fuerza nuestro cuerpo,
con peligrosos rayos que buscan lugar para escaparse,
sus descargas son impotencia.
La tristeza, por otro lado, es una burbuja.
flotamos con calma viendo desde lo alto nuevos puntos de vista.
Nos perdemos y aprendemos…que tan solo el viento puede desintegrarnos en un momento.
El sol de la alegría es la luz que no se apaga,
sólo se esconde los días grises y en las noches,
que siguen siendo estrelladas.
Un cubo de hielo es el miedo,
que nos congela y quema al mismo tiempo.
Pero el amor…
Señores,
el amor…
es todo eso al mismo tiempo:
rebelde, frágil, brillante e intenso.
Si a vos, igual que a mí te pasa
y esas emociones te envuelven…
no sientas pena, estás vivo y es el único problema
Photo by Dawid Zawiła on Unsplash
Acerca del autor
Escrito por: Sennhauser Belén
Tengo 19 años y soy estudiante de Diseño Gráfico. Me encanta el mundo literario, pero conozco muy poco… nada más que los libros que en algún momento disfruté. A pesar de eso y como no pierdo nada, quise compartir un pedacito de mí, como tantos de ustedes hacen y a quienes admiro.
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