“Surca el viento, fiel, . . . con tiento.”
De henequén, bien reforzadas,
dos sogas son amarradas
a rama fuerte, uniforme,
de una jacaranda, enorme.
Tal brazo les da de abrazos
a ese par de recios lazos,
como eje fijo les sirve,
la escena es irresistible.
A las lianas, adherido,
un asiento suspendido,
se muestra absorto, admirado,
en principio, está calmado.
Tranquilo, sin tener prisa,
confía en que llegue la brisa,
anhela el aliento humano,
vigoroso, franco, sano.
Aguarda el momento justo
de moverse, darse gusto,
espera iniciar el viaje,
consciente de su linaje.
Desea que alguien lo aborde,
que lo impulse, empuje, acorde,
hecho lo cual, muy gracioso,
proyectándose, precioso.
El columpio, presto, sube,
baja, asciende, hasta una nube,
desciende, se eleva al viento,
surca altivo, así, con tiento.
En un balanceo, que crece,
el pasajero se mece,
aprieta duro el ombligo,
se “autopropulsa”, les digo.
Las piernas, encoge, estira,
mientras panorama mira,
un buen consejo recuerda,
asirse bien a la cuerda.
Sentarse fijo, centrado,
para no “salir volando”;
ley de gravedad opera,
en ir y venir que impera.
La rama del árbol cruje,
sin queja, feliz, recruje,
por bajadas y subidas
del trapecio, repetidas.
Necesaria resistencia,
aguantar, sentida esencia,
la actividad, que sublima,
es dicha que no termina.
El columpio, toma y daca,
con ritmo, como una hamaca,
linda curva, leal, dibuja,
con fascinación que embruja.
Por el aire, entretenido,
es péndulo sostenido,
la energía le da la vida,
de agasajo, divertida.
Balancín, al firmamento,
oscilar, su fundamento,
rasgar el cielo, fraterno,
vivo, en busca del Eterno.
La gloria, terso, acaricia,
de niñas, niños, delicia,
el vértigo les produce,
al júbilo los conduce.
Después de larga jornada,
de alegría desmesurada,
de pasearse en el espacio,
ya, sin bamboleo, . . . despacio.
El columpio, tan soñado,
bien contento, aunque agotado,
poco a poco, queda quieto,
esperando nuevo reto.
Acerca del autor
Escrito por: Gonzalo Ramos Aranda
Llegué tarde a la poesía, no sabía que podía escribirla. A la fecha ya llevo escritos aproximadamente 300 poemas, yo, les llamo «mis percepciones». Ultimamente, solo pienso en escribir, en ocasiones no puedo ni dormir, me asaltan las ideas de madrugada, en la calle, cuando como, en cualquier momento de mi existencia. Pienso en octasílabos . . . Esto que me pasa es un placer, solo que te absorbe en absoluto . . . quisiera que mis días tuvieran 48 horas . . .
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