Un asesinato es diferente
si se produce en un concierto de cámara
o en una discoteca de Ibiza,
todo cambia por la melodía
las notas, el compás y el público.
Strauss envenena el alma,
la sangre del muerto
abandona el cuerpo a cámara lenta
la bala del asesino
se desplaza a menor velocidad
escuchando “Capriccio”,
la mirada del espectador
explota bajo las notas de los violines
el corazón se acelera entre las cuerdas
la respiración ruge
comienza los gritos,
Un asesinato bajo música clásica
es un buen asesinato.
Cuando llegue la policía
el concierto habrá terminado,
no habrá nada de lo que hayas imaginado
sólo instrumentos
aplausos desvanecidos
y butacas donde reposamos el corazón
mientras creíamos en la muerte.
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Acerca del autor
Escrito por: Raúl Ferrer Martínez
Soy licenciado en Filología Hispánica y profesor en una escuela de adultos, he publicado algunas cosas y participado en certámenes literarios, después de un tiempo he decidido volver a mostrar mi poesía a pesar del pudor que me produce. La poesía que escribo se basa en experiencias personales, sensaciones y sentimientos. En Instagram hay una galería de fotografías con textos poéticos, @lodigoreal.
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Me encanta como trata el poeta la agonía preciosa de un asesinato.
Chocante dedicar un poema al asesinato, y mucho más que éste tenga lugar durante un concierto con Strauss como fondo. Me gusta especialmente cuando mencionas que éste envenena el alma. Me asombra también descubrir que este texto funcionaría perfectamente también como relato. Un saludo.
Gracias.