Amado mío, cuan agradecida estoy de tenerte,
eres parte de mi vida y yo soy parte en la tuya,
esa misma vida el camino nos tenía preparado,
inteligente fue el destino, nos unió y ahora somos tú y yo.
Has cuidado de mí, todo lo has entregado
como madre que por su hijo vela,
con amor incondicional, así has estado a mi lado
tú mi compañero, mi compañero de vida.
En la salud y en la enfermedad,
son promesa que en el altar hicimos
juntos hasta el final,
como agapornis siempre unidos.
En el lecho por el dolor, como sintiendo a veces morir
con el pecho que saltaba y calentura agobiante,
tus manos y palabras me abrazaban
con compresas frías para aliviarme.
Grande tu amor por mí, ¡inseparable!
cada minuto, cada instante
cerca de tu amante,
hasta poder volver a ver mis mejillas sonrojar.
Los años transcurridos en vano no han pasado,
eres tú mi amado el hombre de mi vida,
eres tú mi amado, mi buen compañero
eres tú, mi compañero de vida.
Acerca del autor
Escrito por: Mariela Murillo Conforme
Escribir poemas me encanta, soy aficionada pero con toda una vida adorando el arte.
Nacida en la ciudad de Milagro-Ecuador
Radicada en ciudad de Guayaquil-Ecuador
Como siempre, te invitamos a que nos dejes tus opiniones y comentarios sobre este poema en el formulario que aparece más abajo. Además, si te ha gustado, por favor, compártelo en redes sociales. Gracias.
Deja un comentario