“Arte en laca, . . . no se opaca.”
Fronda, princesa serrana,
árbol fresco, de montaña,
linaloe, el oloroso,
tropical, tronco leñoso.
De fragancia angelical,
ayacahuite, copal,
alma pura, de la tabla,
perfumada, a rajatabla.
Técnica de los ancestros,
de los prehispánicos, nuestros,
con influencia de Europa
y de Oriente, el genio brota.
Capas de maque en la pieza,
obra digna de su alteza,
base de aceite de chía,
la labor de día con día.
Mezcla de polvo y pigmento,
bien aplicada, talento,
que agrega el color, de ley,
con espinas de maguey.
“Rayado limpio”, grabado,
el relieve, el acabado,
pincel de pelo de gato,
todo decorado es grato.
“Dorado”, destreza, gala,
arte fino nos regala
el artesano, se esmera,
la laca cubre madera.
Mágico, tierno alhajero
del Estado de Guerrero,
¡Dios te cuide, ojalá,
Cajita de Olinalá!
Cerca de los terremotos,
de los aromas ignotos,
bálsamo, loción, esencia,
de perfumada presencia.
Estuche, guarda-secretos,
muchos de ellos indiscretos,
dentro de ti está la clave,
mi corazón es tu llave.
Acerca del autor
Escrito por: Gonzalo Ramos Aranda
Inicié a escribir hace años, con las clásicas calaveritas literarias, como si fuera un juego (con las palabras); sigo intentando, ahora con temas un poco más serios. Me han publicado en algunas revistas, he participado en algún evento, en internet es en donde más aparecen mis temas.
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