Para ti, que oyes mis silencios de madriguera subterránea,
y recorres conmigo las calles silenciosas por donde resbala mi sombra.
Tú, que conoces mi aletear en mansardas,
mis jorobas de dromedario.
Para ti, estas imágenes de huras,
de ríos silentes,
de árbol que crece en límpidas miradas de ojos campesinos
entre quienes habito ahora.
Llevo en los bolsillos el cantar de tus aves aventureras.
Me bastan para el camino.
Pero, un día, un gato impaciente comenzará a pulsar
las cuerdas de la noche,
y reclamará tu cuerpo de playa cálida,
que duerme ahora en los ojos abiertos del misterio.
Tú decías que siempre habrán árboles que lloren a sus aves ausentes.
Esta tarde se han poblado los llanos de árboles
de camino al sur.
Photo by Alua Magzumova on Unsplash
Acerca del autor
Escrito por: Christian
Escribo.
Como siempre, te invitamos a que nos dejes tus opiniones y comentarios sobre este poema en el formulario que aparece más abajo. Además, si te ha gustado, por favor, compártelo en redes sociales. Gracias.
Deja un comentario