Muchacho, tal vez eres un poco pesado
pero llevas contigo las señales;
Ante todo la mirada inquisitiva
a la par aguda y soñadora,
en el porte y gravedad de tu persona,
en la expresión de tu rostro,
en el aire de tu continente.
Empapas tus cabellos y tu piel de niebla,
de sol, de lluvia, de luz lunar
recoges de paso todos los objetos que encuentras
en cuya forma parece adivinarse
tu procedencia de otras esferas.
Tienes algo de rastreador, fisgón,
de mago vigilante que parece percibir
todos los rumores, todos los dolores.
También algo de lobo, de ciervo, de ave.
O de animal salvaje.
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Acerca del autor
Escrito por: María José Mercado Castrillón
Estudiante de Filosofía, ávida lectora de Haruki Murakami y perdedora serial de concursos literarios.
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¡Qué espectáculo de poema!