Con avidez ternura enseña,
El maestro en su escuela risueña.
Sus esfuerzos son matices como espada
Que al ignorante leviatán derrota.
Sus triunfos son augurios melodiosos
Que irradia el incierto convivir;
Maestro que naufragas hasta no sucumbir
Que por la patria haz de morir
¡Maestro, es tu misión que decora,
A emanar tu experiencia y sabiduría
A esos inermes jóvenes llenos de gallardía,
que discurren por doquiera.
Debe ser tu paciencia la que favoreciera
A ser cada día mejor.
Y que surja la esperanza de un nuevo albor,
Este es el maestro que siempre espera.
Has surcado las frágiles mentes
Con tu ejemplo y dignidad,
Aunque a veces te sientas en la soledad,
Nunca expreses lo que sientes.
Difícil faena la del maestro ejemplar,
Que la ingratitud queda en la memoria
De los que no saben que es la gloria.
Acerca del autor
Escrito por: Cristobal Morillo
Soy una persona que me dedico a escribir poesía de todos los temas
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